lunes, 10 de octubre de 2011

Pequeña introspección


La fortuna y la suerte a veces juegan un papel importante, otras, el simple deseo de vivir o de descubrir. Creo que es lo que me está pasando. En muy poco tiempo he sido capaz de llamar hogar una tierra que sólo había visto en sueños. Ese pequeño yo interior, seco y mustio ahora germina con fuerza gracias al cambio, al viaje, a la partida. Esa senda hacía el interior, hacia esa vasta llanura tan inexplorada donde toda esencia nace, donde está la marca que todos debemos encontrar.

La soledad, el desamparo, la debilidad, la angustia y todas esas emociones se han manifestado, claro, pero no en su forma agresiva. La sensación de pequeñez entre grandes edificios. La pérdida de la orientación en una selva de neones. La imposibilidad de ver rostros conocidos, el hecho de saber que estás a miles de kilómetros de todo lo conocido. Sensaciones, vibraciones que hacen que me estremezca.

Me quito los zapatos para entrar en casa y me los pongo para salir. Dentro, introspección, fuera descubrimiento. Dentro, calzado suave, fuera, calzado resistente y duradero. 

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